dijous, d’octubre 13, 2005

FOSAS HÚMEDAS.

Me parece que he pillado una gripe. Es una gripe normal y corriente. ¿Que cómo lo sé? Porque es de ésas que atacan de un día para el otro, hacen que te gotee la nariz, que te sientas adormilado y que tu voz parezca un híbrido de las de Epi y Blas.
Vamos, que si fuera aviar ya me habría dado cuenta. Pero tengo la suerte de no haber viajado últimamente a Rumanía, a pesar de que tengo un par de conocidos por esas contradas.
Lo mejor del tema es que si coincide con un par de días vagos en el trabajo, tienes la excusa ideal. Si tu jefe te suelta un par de gritos delante de los demás compañeros, vas tú y tranquilamente le comentas con voz indignada que deberías estar en casa viendo a la Campos y su tertulia anti-Estatut en lugar de esforzarte por no secarte las fosas nasales con la manga de la camisa enfrente de un VIP.
Puede ser que entonces se le ablande el corazón y te mire con esos ojos que sólo un jefe puede poner al pensar: ahí va un trabajador excepcional.
Lo peor, enviar sin realmente sentirlo a cualquier huésped (trabajo en un hotel) y/o compañero a la mierda debido a tu lamentable estado físico-psíquico. Y no te das cuenta de la gravedad del asunto hasta que has llegado a casa y te has tomado 5 sobres de vitamina c (que por cierto, recientes estudios afirman que mucho no ayudan en caso de catarro, resfriados o gripes...).
Moraleja: pillad mejor la varicela. Nunca te dirán nada si te quedas en casa.