dimecres, de març 28, 2007

Paco, Paquito, Paco


Hoy es dia de mudanzas. Ya lo fue hace no mucho, pero hoy la historia se repite. La pareja de brasilenos nos abandona al menos por tres meses. Ella se va de viaje por todo Suramerica y Centroamerica. El se vuelve a su Sao Paulo natal a buscar por internet trabajo…en Londres. Y nos llega un par de hungaros.
Jonny, el chico de Porto Alegre que nos dejo hace no todavia un mes, fue reemplazado por un vallisoletano de origen zamorano-palentino cuyos padres viven en Santander y cuya hermana reside en Barcelona. Vamos, como mi familia, pero a menor escala.


Paco es todo un personaje. Un dia, sin querer, abrimos su armario de conservas y tan solo nos encontramos latas. Latas de potajes, de fabada asturiana o de habas a la bilbaina. Lentejas y garbanzos secos. Sardinas y anchoas del Cantabrico.
Lo curioso es cuando, mientras se calienta uno de sus mejunjes, nos comenta:
Una fabada de la abuela, unos pedetes y a la cama!!
Si vierais nuestra cara…
Peor es la que ponemos cuando entramos al lavabo. Viendo el tipo de alimentacion que lleva os podeis imaginar el porque. A mi me parece que en Pucela no existen las escobillas para el vater. A veces sorprende la enorme cantidad de "grafittis" que el chaval deja en las paredes del retrete. Yo le llamo "el artista".
Tampoco pasa desapercibido el olor que emanan sus pies. Otro dia me levanto y noto que un olor agrio ha invadido la casa. Me pongo a olfatear cual sabueso cada una de las toallas colgadas en el pasamanos de las escaleras, por si alguna de ellas hubiera cultivado moho por no ser limpiadas con asiduidad. Hasta que al fin doy con la pista definitiva: un calcetin del fierecilla que se le debio caer al bajar a su cuarto. Si hicieran ambientadores con semejante potencia de dispersion de fragancia, y con tan nula necesidad de energia, se harian ricos.
Y es que el chico se ha tomado muy al pie de la letra lo que le dijimos cuando llego ("sientete como en tu propia casa").
Otro punto interesante es el de sus horarios. Trabaja los fines de semana en un bar y no le vemos en dias. Cuando anda por casa, duerme cuando todo el mundo esta despierto y viceversa. Sin ir mas lejos, el pasado sabado me pidio que le pusiera una pelicula y sin dar tiempo a los titulos de credito a aparecer ya estaba roncando…a las 16.00!!

Podria ser mejor, podria ser peor…veremos como nos salen los magiares.

dissabte, de març 17, 2007

SAINT PATRICK'S DAY (PADDY PARA LOS AMIGOS)

Recuerdo mi primer Dia de San Patricio en Londres (que, por cierto, habia sido el unico hasta hoy). Habia llegado hacia apenas un par de semanas a esta ciudad y habia encontrado trabajo en una pizzeria del South Bank, en un pequeno callejon repleto de tiendas de artesania llamado St. Gabriel's Wharf.
Mi posicion era la de recepcionista. En este pais es comun el hecho de tener a alguien que reciba las llamadas, haga las reservas, y de la bienvenida y siente a los huespedes. No es necesario ser un restaurante de lujo (como pasa en el nuestro) para tener entre tus empleados a alguien que cubra semejantes tareas.
No me sentia demasiado comodo ya que era un local mas bien familiar y yo iba vestido de negro, elegante. Hasta me vi obligado por las circunstancias a llevar gafas (cosa que odio hacer en publico. Solo me las pongo en la oscuridad de una sala de cine, en la intimidad de mi casa o cuando juega el Barca. En este ultimo caso, es tal la abstraccion que produce en mi ver las franjas azulgranas en la pantalla de un pub, que me quedo en estado de alienacion total y no me importa lucirlas delante de mas gente). El caso es que no diferenciaba muy bien si las mesas del final del restaurante estaban limpias o sucias, libres u ocupadas. No hubo mas remedio.

El 17 de marzo de 2003 fue un dia precioso. Lucia un sol exultante y corria una ligera brisa fresca. Eso provoco que la cabalgata que celebraba las tradiciones irlandesas, y que transcurria por el centro de la ciudad, fuera un exito de asistencia.
Si, fue un dia magnifico...para los demas: servidor, que llevaba una camiseta debajo de la camisa, tonto de mi, mostraba con "orgullo" dos circunferencias que senalaban el lugar donde se encontraban mis axilas. Es decir, dos churretones de sudor condensado que hubieran hecho que no levantase los brazos ni que hubieramos sufrido un atraco. Me lo puedo imaginar:

- Todo el mundo con las manos en alto!! Esto es un atraco!! Nadie saldra herido si no hacen ninguna tonteria!! Tu!! Pon toda la "pasta" en la bolsa!! Y tu!! Mete todas las pizzas y el pastrami en la otra!!! Vamos!!! Que no quede ni una loncha de bresaola ni de mozzarella en el frigorifico!!
Sean!! Cuanto tiempo nos queda hasta que llegue la bofia??!!

- 60 segundos!! Oh!! Por los clavos de Cristo, Paddy!! Apresurate!! Ese tio tarda mas que la crisis de la patata en desaparecer!! Porque no mueve los brazos?? Que no llegamos a la misa de las doce!! Y hay guinness gratis!!!

O sea, la guerra italo-irlandesa no en NY, sino en la riba sur del tamesis.

A lo que iba: fue un dia muy duro, en el cual las familias dejaron de lado los horarios y llegaban hambrientos desde las 11 de la manana hasta las 11 de la noche. Despejaba la cola de la entrada (ya fuera sentandolos, invitandoles a tomar algo en la barra, o espantandoles comentando que habia para mas de una hora de espera) para girarme y ver que se habia doblado.
Se agotaron las sillitas para ninos (los irlandeses son muy promiscuos y tienen prohibido utilizar condon), habia una montana de carritos plegados en la entrada que impedian el paso, y los padres se impacientaban ante la tardanza de los cocineros en preparar lo deseado.

Hoy es diferente: estoy libre, el dia es mas bien oscuro y frio, e Irlanda juega el 6 Naciones. Asi que mucha gente estara metida en el pub con su pinta animando a los suyos.
Hay quien se preguntara si hay tanto irlandes en Londres. La respuesta es no. Y si. Dicen que 40 millones de estadounidenses son originarios de la Isla Esmeralda. Aqui no hay tantos, pero si unas cuantas decenas de miles teniendo en cuenta la corta distancia que separa ambas islas. Una distancia que ya hubieran querido los antepasados celtas se multiplicara por cien para haber puesto mas dificil a Cromwell el poner pie en sus tierras y haber evitado asi su invasion.
Otra hipotesis personal es que algunos ingleses se dejan llevar por la euforia de las flautas y harpas, gaitas y violines, y se pasan al "otro lado": visten alguna prenda verde, dejan por un dia la London Pride para mojar sus gargantas con negra irlandesa y se olvidan de su pasaporte. Es como su carnaval.

Hoy llevo una camiseta verde, pero no me pintare la cara con los colores de Eire.
Bebere Guinness, pero no hablare en gaelico ni me pondre una peluca tricolor.
Escuchare musica celta, pero no los grandes exitos de Sinnead O'Connor...o si?

dijous, de març 01, 2007


BLACK SWAN...


WHITE PEACOCK...
DESDE LEEDS CASTLE CON ESTUPOR…




El pasado domingo decidimos hacer algo por lo cual llevaba semanas suspirando: una excursión de un día. Dejar Londres a un lado y disfrutar del maravilloso escenario que es la campiña inglesa. Si uno permanece en la capital corre el riesgo de gastar una prominente cantidad de dinero haciendo cierto tipo de actividades (cine, comer fuera, café de la tarde, diario) que en tu lugar de origen te costaría tres veces menos.
Y es por eso que siempre he creído que vale más la pena salir de “Blighty” y explorar rincones nuevos.
Como el transporte ferroviario es exageradamente caro y el servicio es tremendamente tercermundista (en hora punta hay muchos más pasajeros de lo que un tren es capaz de absorber, y obliga a muchos a pasarse de pie la duración del trayecto, que puede llegar a ser de más de una hora. Lo que me lleva a pensar que en un futuro no muy lejano se nos hará familiar la imagen de trabajadores de la City o las Docklands, con sus trajes y maletines, agarrados de los laterales de los trenes, si no colgando de ellos, bajando en sus respectivas estaciones sin que el tren se haya acabado de detener).
Así que confiamos más en el autocar que en otra cosa (alquilar el coche por un día no sale rentable debido a que las compañías más importantes tienen los garajes en el centro y te ves obligado a pagar la “Congestion Charge” dos veces).
National Express es una compañía bastante fiable con unos precios razonables.
Hay un autocar diario de ida y otro de vuelta a Maidstone (a medio camino de Canterbury, donde se encuentra dicha atracción turística). Y de por medio, casi 5 horas para recorrer lo máximo posible. Menos mal que el recinto tiene más curiosidades, porque lo que es el castillo se ve muy rápido.

Leeds Castle fue construido por los normandos hace más de 900 años y, con el paso del tiempo, habitado sucesivamente por diferentes gobernantes reales, siendo el más conocido Henry VIII. Esta considerado por los ingleses el castillo más hermoso del mundo (vaya, vaya, en esto se parecen a los franceses).
Y fue recuperado del olvido allá en 1930 por una aristócrata angloamericana (Lady Baillie) que, antes de morir, creó una fundación para su conservación.
Como ya he dicho antes, el interior no impresiona en demasía. Pero es el exterior la parte que enamora. El castillo está dividido en dos unidades (la nueva y la vieja) y se cimienta en un islote situado en un lago artificial creado a partir de un arroyo.
Los alrededores están salpicados de caminos que transcurren por montes cercanos ofreciendo magníficas panorámicas del lugar.
Otro punto fuerte es la colección de pájaros tropicales que sufren las crueles temperaturas inglesas. Mención especial tiene la cacatúa que se cree humana.
Pero donde pasamos más tiempo, de forma accidental, fue en el laberinto en cuyo centro se elevaba una especia de promontorio desde el cual se divisaba buena parte de los terrenos del castillo. Entrar fue fácil, llegar al centro no tanto. Ni aún siendo ayudado por una amable pareja que nos iba guiando desde la privilegiada vista del entramado de caminillos que proporcionaba el llegar al ombligo de éste.
He ahí, tres parejas siguiendo sus instrucciones:
- Ahora a la derecha…¿podéis girar a la izquierda?...¿no?...pues es la siguiente….ooops…¡Lo siento! ¡Volved atrás y empezad de nuevo! …
Y así unos buenos 15 minutos. Cabe mencionar que ya llevábamos más de media hora intentando encontrar…¡la salida!, ya que ya nos habíamos rendido y deseábamos ir a comer.
Otra atracción que nos llamó mucho la atención fue el espectáculo de halcones y búhos que seguían las órdenes de sus cuidadores y que sobrevolaban nuestras cabezas de forma temerosa. Los kamikazes carroñeros eran de hecho bastante dóciles, tato como para dejar tocarse y ser acariciados por un buen puñado de criaturas.
A las 15.00, puntual, llegó el autocar para llevarnos de vuelta a la capital.
Fue un día agradable, sin ser excepcional.