divendres, de maig 25, 2007

MALABARISMOS POLLINOS



Homenaje a los pollitos caidos: tenemos dos nidos en casa. El unico inquilino de uno de ellos ya volo. El otro, que esta manhana contaba con dos o tres piolines, se vacio en cuestion de minutos. Uno cayo hasta el muro que separa mi jardin del del vecino con tan mala pata que, eso, se la rompio. Despues de intentar un par de veces una maniobra de rescate, logro evadirse a la casa de al lado. El segundo se tiro gritando "booooonsaiii" (como Ivo hace unos anhos, creyendo que era el grito de guerra de los Samurais) y acabo colgando de esa ramita. Al ir a agarrarlo, decidio saltar el muro, ir a parar, como su hermano, al patio contiguo y ser libre.Estamos pensando en derribar el muro y que los pollitos del este y del oeste se reunan en un nido comun.

Gothic Eyes

BARCO DE RECREO MAL ESTACIONADO (deberia ir por el agua, no?)

URBAN LUSH (o The Blob: la planta devoradora de edificios)

dimecres, de maig 23, 2007

COSAS QUE PASAN POR EL BARRIO...

Ya sabreis mediante posts anteriores en que parte de Londres residimos. Tambien sereis conscientes de que el sur de esta ciudad tiene peor fama que el norte, y que la gente que la habita suele ser mas pobre que los del otro lado del rio.
Esta division fisica de la urbe es tambien una frontera en la forma de pensar, de trabajar y hasta de vivir de los londinenses. Cada zona se siente orgullosa de sus cualidades y mira con recelo a la otra. Es una competicion sana y que hasta es promovida por sus instituciones. Por ejemplo, la celebracion anual de una carrera donde los participantes reciben una camiseta de diferente color segun sean de uno u otro lado del Tamesis y cuyo lema es : "I South" o "I North".
Yo reconozco que el sur me sienta bien. Es como vivir en un edificio feo enfrente del cual hay otro bonito: siempre que mires por la ventana encontraras una vista bella, mientras que tus vecinos solo podran contemplar tu fachada gris y decrepita...
Para ser honesto he de reconocer que mi barrio es bonito, tranquilo y con un porcentaje bastante menor de Council Estates (antiguas viviendas sociales de dudoso gusto arquitectonico)que cualquier otro "borough" del sur.
Aun asi, sucesos "paranormales" ocurren con una frecuencia indeseada.
El primero a comentar es la subita desaparicion de la furgoneta de los kebabs y de las papas fritas. Una "van" blanca que se aposentaba a diario a un lado de Salter Road de cinco de la tarde a dos de la madrugada y que proporcionaba colesterol y riesgo de ser contagiado con el mal de las vacas locas mediante horribles hamburguesas y peores shawarmas (por eso yo me alimentaba a base de mis chips con sal y vinagre...colesterol si, pero vacas locas...). Un dia, como quien no quiere la cosa, no se presento. Pensamos que los cocineros habrian comido de su propia elaboracion y que habrian sufrido alguna especie de mutacion genetica...cosa que no podemos corroborar porque no han hecho acto de presencia desde entonces.
Otros sucesos vividos pasan por ser etiquetados como "vandalicos" ( a nadie que siga nuestras aventuras y desventuras a traves de esta weblog se le habra olvidado como irrumpieron en nuestra casa para sustraer el ordenador portatil de nuestra companera de piso). Aunque aun no os hemos hecho saber la novedad: hallaron al ladron a traves de sus huellas (un crio de apenas 16 anhos de Croydon, que esta al sur del sur de Londres...).
Hace apenas un par de semanas, unos chavales intentaron avanzar a un coche por su derecha cuando este estaba iniciando las maniobras para girar en esa misma direccion. Resultado: la moto barriendo el suelo hasta topar con el muro de la casa del vecino. Los crios, ilesos, se levantan y comentan que se dirigen a la otra calle a llamar a la policia desde la cabina publica. Nunca volvieron. Conclusion: moto robada y abandonada despues del accidente.
Asi que no es de extranhar que me sintiera como en casa nada mas llegar de Barcelona el pasado domingo a las dos de la madrugada: al girar el taxi por mi calle nos encontramos con un Corsa abandonado en medio de esta. Como buen ciudadano llame a la policia. El agente me pidio que me acercara y le comentara el numero de matricula. Parece mentira, pero caminar en medio de la oscura noche hacia un coche aparcado en medio de la calzada sin nadie en su interior da un poco de grima.
Dicho y hecho. Deje el mochilorro en la esquina de casa (desgraciado de mi al pensar que no le ocurriria nada) y me fui hacia el coche. Una vez de vuelta, mis peores temores se hicieron realidad: mi "backpack" se habia esfumado cual porro de "Maria" al alcance de Paco. De nada sirvio gritar a "no-se-quien-ha-sido-pero-no-debe-de-andar-muy-lejos-porque-lleva-10-kilos-de-chorizo-a-cuestas" que no encontraria nada de valor, ni preguntar a una pareja de tortolitos si habian avistado a alguien haciendo footing con una mochila del tamanho de un frigorifico.
De repente, una voz angelical pronuncia mi nombre. Una voz que reconozco como la de mi novia. Y la luz se hizo (con ella todo puede pasar). Al preguntarle desde la distancia si sabia donde estaba mi equipaje, y al recibir una respuesta positiva, se me abrio el cielo: al estar yo al telefono con la policia, ella lo entro a casa ya que me estaba esperando despierta y habia oido mi llegada. Se ve que me lo comento, pero yo, absorto en la conversacion sobre el coche, no me di cuenta de su presencia en pijama detras de mi.
Moralejas extraidas de estos acontecimientos:
1) El sur de Londres es digno de aparecer como localizacion en un capitulo de Expediente X.
2) Uno nunca acaba de acostumbrarse al poder estresante que una mujer puede causar
;-))

divendres, de maig 11, 2007

OUR VELOCITY


Una noche con Maxïmo Park

Fui arrastrado por Sílvia al centro de Londres a eso de las seis de la tarde con la expectativa de poder encontrar un par de entradas en la reventa para Máximo Park cuyo precio no sobrepasase a aquél de una compra semanal en Tesco.
Tomamos el autobús 381, que hace una ruta bastante directa y panorámica hasta Waterloo, ya que he dejado de lado la tarjeta semanal para pasarme al “top up” (me ahorro entre 10 y 14 libras a la semana…y sólo he tardado medio año en darme cuenta…). ¿Que qué tiene que ver esto con el hecho de tomar el autobús? Pues que cada vez que tomo el transporte público me descuentan una cierta cantidad de dinero (pre-pago). Dicha cantidad depende de la distancia recorrida y del medio de transporte (el bus es más barato que el metro: una libra, mientras que el metro cuesta entre 1.5 y dos libras, dependiendo de si es o no hora punta).
Cruzamos, como es costumbre, a pie el puente de Waterloo (servidores no se cansan de hacerlo. Hasta hemos pensado en acampar en él y pasar el resto de nuestra estancia junto a las 20 esculturas humanas que han sido desparramadas por dicho puente y por las cornisas de edificios tan emblemáticos como el National Theatre, la Hayward Gallery…).





Al llegar al Astoria, la cola era escasa. La gente ya estaba dentro disfrutando de los teloneros. Pero había un par de personajes (porque sólo se les puede llamar así) en gabardina, gorra y escupiendo acento Cockney. Al ser idea de Sílvia (de la cual salí beneficiado), fue ella quien preguntó el precio. Al saber que valían entre 35 y 40 libras cada una, comentó que sólo tenía 20. El chaval debía tener prisa, porque dijo de forma inmediata: OK!!
Una vez dentro, y cerveza y crisps de por medio, subimos al piso superior donde disfrutamos del concierto desde una posición privilegiada.
El gig duró hora y cuarto y fue dinámico, muy dinámico. Tan sólo hicieron un descanso de minuto y medio (a parte de cinco más para que la gente reclamara los bises).
No cantaron todas las canciones de su segundo álbum ya que no querrían poner toda la carne en el asador la primera de las tres noches consecutivas que tocan en la capital (cada una en una venue diferente).
Paul Smith, hiperactivo y con cara de pervertido sexual, bordó todas las canciones (a excepción de “Books in Boxes”, que sonó un tanto diferente). Siempre he dicho que Máximo Park es el único grupo (conocido por mi) cuyo sonido en directo iguala o mejora al del CD. La gran mayoría de bandas son retocadas en el estudio y, cuando llega el momento de la verdad, destrozan sus canciones a base de no llegar a tal nota, variar de tono para disimular sus carencias vocales o usando otros truquillos musicales.



Pues bien, el chaval, con su poderosa voz, hizo vibrar a un Astoria entregado y donde no cabía ni un par de cuerdas vocales más. Cuerdas que se emocionaron más con “Apply some pressure” que con el nuevo himno de los de Newcastle (“Our Velocity”), lo que hace pensar que los fans tienen en mejor consideración su álbum novel que la continuación (al grupo le debe pasar lo mismo porque finalizaron el concierto con “Limassol”).


La anécdota de la jornada fue la pérdida por partida doble de mis anteojos. Se me cayeron en una especie de zona reservada situada a un nivel inferior. Pero a base de gritar, conseguí que alguien las encontrara y me las devolviera. Diez minutos más tarde, después de volver a dar un par de toquecitos en la espalda al mismo hombre, la siguiente conversación tuvo lugar:

- ¡Lo siento, pero no te lo vas a creer!
- (Mirando con cara de incrédulo y sacando de nuevo su móvil para buscar con la ayuda de la luz
de la pantalla) ¡No te iría mal hacerte con una correa!
- ¡Lo sé, lo sé!

Y así terminó la jornada: de vuelta a casa en el 381 con Sílvia sobreexcitada comentando lo guapo que era Paul Smith (lo que demuestra mi teoría de que para triunfar entre las féminas sólo hace falta cantar en un grupo, tener dinero o salir en las revistas de vez en cuando. Por muy feo que seas, si te ven a menudo el careto y posees alguna de las antes mencionadas cualidades, no te preocupes, que admiradoras no te van a faltar…).
MARI Y JUANA (cannabis domesticus)